sábado, 28 de abril de 2012

El ocaso de Jehová


¿En dónde estás, Ra, dios solar, creador del Universo, responsable del ciclo de la vida y de la muerte? ¿Qué hay de los juicios que impartías a los difuntos pesando sus almas en una balanza? ¿Qué hay de los viajes que realizabas a través del cielo en tu barca?


¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién espera tus recompensas? ¿Quién invoca tu presencia? Tus días de esplendor se han acabado, Ra.

¿Qué hay de ti, Zeus, dios del cielo y del trueno, rey de todas las demás deidades? ¿Dónde quedó tu trono en el monte Olimpo desde el cual supervisabas a la humanidad? ¿Qué hay de las metamorfosis que realizabas para cumplir tus caprichosos deseos?
¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién espera tus recompensas? ¿Quién invoca tu presencia? Tus días de esplendor se han acabado, Zeus.

¿En dónde estás, Enki, señor de la tierra, guardián de las leyes divinas? ¿Dónde quedó el esplendor de Eridu, la ciudad que construiste como primera morada en este mundo? ¿Por qué ya nadie te agradece haber salvado a la humanidad del diluvio universal que tu hermano Enlil y los demás dioses enviaron para exterminarnos?
¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién espera tus recompensas? ¿Quién invoca tu presencia? Tus días de esplendor se han acabado, Enki.

¿Qué hay de ti, Odín, dios de la sabiduría, la guerra y la muerte? ¿Dónde está tu palacio en Asgard, desde donde tu trono podías ver todo el Universo? ¿Dónde quedaron los días en los que te lanzabas a la batalla blandiendo tu lanza y montado en tu corcel de ocho patas? ¿Por qué ya nadie espera encontrarte en loscaminos del mundo, viejo peregrino, vestido con tu sombrero puntiagudo, tu abrigo oscuro y apoyado en tu bastón?
¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién espera tus recompensas? ¿Quién invoca tu presencia? Tus días de esplendor se han acabado, Odín.

¿En dónde estás, Ahura Mazda, dios de la vida y la sabiduría, creador de todo lo bueno y puro? ¿En qué luz te manifiestas hoy? ¿Qué hay de tu eterna lucha con el mal? ¿Qué hay de tu liderazgo sobre todos los dioses de la buena conducta? ¿Por qué ya nadie busca estar en comunión contigo?
¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién invoca tu presencia? ¿Quién espera tus recompensas? Tus días de esplendor se han acabado, Ahura Mazda.


¿Dónde estás, Quetzalcóatl, dios del viento, serpiente de hermoso plumaje, representante de la dualidad del Universo? ¿Por qué ya nadie te agradece que te hayas encargado de crear a la humanidad luego de tantas destrucciones del mundo? ¿Por qué ya nadie recuerda que en el principio nos regalaste el maíz y nos enseñaste a cultivarlo?¿Quién te venera hoy? ¿Quién teme tus castigos? ¿Quién espera tus recompensas? ¿Quién invoca tu presencia? Tus días de esplendor se han acabado, Quetzalcóatl.



¿Y qué hay de ti, Jehová, creador del universo, pastor de los débiles y de los rendidos, redentor de los postrados, omnisciente y omnipotente juez, jurado y verdugo en el Juicio Final? Hoy son muchos los que aún te veneran. Los que aún temen tus castigos y esperan tus recompensas. Los que aún invocan tu presencia. Sin embargo, cada vez son menos los que creen en ti. Cada vez son menos los que van a tus iglesias y creen en los dictados y la moral de tus representantes en la Tierra. Los que acatan tus prohibiciones y tus prejuicios. Cada vez son más los que abogan por la ciencia y el saber en lugar de por las supercherías y por la ignorancia. Cada vez son más los que buscan la verdad fuera de tus dogmas.Tu poder sobre el mundo viene menguando desde hace tiempo. Tu autoridad cada vez es más débil, pues son el progreso científico, la moralidad y la madurez humana los que ahora te juzgan a ti, y los que provocarán tu derrumbe final. Porque algún día, Jehová, con el avance de la humanidad, tus días de esplendor también acabarán.









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