martes, 1 de mayo de 2012

La muerte es el camino hacia el asombro

Hace algunos años atrás, una tarde como cualquier otra, alquile una película en dvd para ver en mi casa. Se trataba de "La fuente de la vida" (2006) de Darren Aronofsky. No haré aquí un análisis de la película, la cual me marcó profundamente (hay muchisimos análisis sobre este film en internet además), si no sobre una pieza de su genial banda sonora, compuesta por Clint Mansell,que se titula "Dead is the road to the awe".  Sobre esta maravillosa obra musical si que no encontré practicamente ninguna referencia. Y estamos sin lugar a dudas ante algo majestuoso. Es muy difícil que un tema solo nos sumerga en tantas emociones tan distintas y encontradas, y eso es justamente lo que logra con maestría esta pieza.  En sus ocho minutos, veinte y seis segundos de duración están comprimidos con una intensidad impresionante todo tipo de sensaciones.
Esta obra podría decirse que se divide en cuatro partes que obedecen a cuatro momentos distintos de la monumental última escena de la película, marcados los finales de todos y cada uno de los pequeños movimientos musicales por una pausa o cambio, por una cadencia, que es precedida por otro movimiento cada vez más monumental.

Desde  que el viaje se inicia al comenzar la melodía, nos vemos envueltos en una marcha que no para. El piano y el suave violín del comienzo nos marcan una lenta iniciación para todo lo que vendrá luego; la atmósfera  misteriosa que comienza a sentirse a partir del minuto 1:41 que como todo en esta pieza musical va creciendo hasta desembocar en la revelación que nos llega a partir del minuto 2:23, esa sucesión de notas que parecen llamarnos desde lo desconocido, desde una realidad que apenas podemos llegar a percibir hasta que todo parece detenerse por primera vez en el minuto 3:01 (lo cual sería el final de la primera parte), una pequeña incertidumbre de unos pocos segundos que da lugar a una agradable melodía de violines que nos encuentran con algo hermoso y placentero que nos alegra el alma. Luego el viaje procede con una sucesión de notas que se repiten con tranquilidad hasta que desembocan en el crescendo que comienza en el minuto 5:01, el cual aumenta en un remolino imparable que ya en el minuto 5:48 nos da la sensación de que se ha salido completamente de control. Ahora el rumbo del viaje ha tomado un giro trágico, se ha perdido el rumbo y todo parece perdido. Los violines estallan desesperando cada vez más y los instrumentos se van sumando convirtiendo la experiencia musical en algo parecido a un enjambre de sonidos que arrasa con todo. Y así,en el minuto 6:23, (final de la segunda parte), llega un silencio y con el la oscuridad. La perdición.  Pero la esperanza resurge inesperadamente enseguida en el 6:36. Ahora las cosas han tomado un nuevo y renovado rumbo. Una ilusión persiste. Más allá de todo, brilla una luz que se desiste a morir y que se abre paso desesperado en la oscuridad que hasta entonces se creía inexorable. Los violines se agudizan, con la batería y guitarras que le acompañan, y el crescendo infrenable esta a punto de llegar a su punto máximo. Todo queda en vilo durante unos cruciales instantes; luego un silencio, una incertidumbre última (final de la tercera parte) y entonces explota ese coro impresionante en el minuto 7:36 en compañía de esa lluvia de instrumentos,  llegando así al punto máximo del viaje. La plenitud absoluta. El nirvana. El encuentro con lo trascendental. La integridad con el todo. Y ahora que somos plenos, el viaje si llega a su fin ;envuelto, no obstante, en un halo de misterio que nos recuerda que hay muchas cosas en el universo que jamás llegaremos a entender por completo.


"Es solo una sucesión de vibraciónes pero a los hombres parece hacerles mucho bien.¿Donde cree que esta la magia? ¿En el aparato? ¿En el qué escribió esto? ¿En mí? ¿En ellos que se emocionan cuando lo oyen?"  le decía Rantes al doctor Julio Denis al comienzo de la película "El hombre que mira al sudeste" (1986) al terminar de ejecutar una partitura de Bach en el piano. La respuesta, creo, es que la mágia se encuentra en el conjunto; en todas y cada una de esas partes.



El fruto y el tiempo


I

Desolado paisaje
fruto abandonado
Un pequeño mono se acercó
y al ver el fruto, probarlo deseó
Brillante y sabroso era
Agradable para la vista
y bueno para comer
Otro mono se acercó
y al ver el fruto también probarlo deseó
Grande este era y gruñó
pero el pequeño mono no se inmutó
Entonces un palo tomó
y al pequeño mono en la cabeza golpeó
y este murió
Tras comer el fruto
el carozo tiró
y en el charco de sangre cayo
y con el tiempo
un árbol allí creció

II


Un hombre vestido con pieles
empuñando una lanza se acercó
y a la sombra del árbol descansó
Observó el verde paisaje
y los bellos frutos del árbol.
De vivir en las cavernas cansado estaba
y allí se quedó porque allí le gustaba
Un palo con sangre seca encontró
y en el suelo lo clavó
“Esta es mi propiedad”- pensó
y el resto de sus días, allí vivió

III

Un temblor a la tierra estremeció
y en el cielo una tormenta creció
Muchos caballos de algún lado se acercaban
muchos frutos del árbol se caían
De una tropa de soldados se trataba
y el casco y la armadura les brillaba
Al llegar a la sombra del árbol
el general del caballo se bajó
y del suelo un fruto levantó
“¡Esto es Roma!”- gritó
y el ejercito entero festejó

IV

Del cielo una luz descendió
y al árbol de frutos iluminó
Dos hombres se acercaban
y de la fe filosofaban
mientras las aves cantaban
y el viento con fuerza soplaba
Hábitos estos hombres vestían
y en sus ojos Dios yacía
“La fe no se puede tocar”- uno afirmó
pero en esto el otro discrepó
y cuando bajo el árbol pasaron
y para descansar, allí se detuvieron
tomó un fruto y entonces afirmó
“Esto es la fe” y se explicó
y su compañero entendiendo, se iluminó
Alejandose, filosofando continuaron
y muchas nuevas esperanzas experimentaron

V

Las flores marchitas estaban
y el árbol desnudo lloraba
pero una persona se acercó
y el bosque entero renació
Las flores con fuerzas brillaron
y las hojas y los frutos del árbol crecieron
Debajo del roble esta persona se sentó
y el vuelo de las aves dibujó
La forma de las flores también retrató
al igual que unas torres que en el horizonte observó
Luego de un rato, de allí se marchó
a seguir pintando lienzos, se retiró
El árbol frondoso se quedó
y entre las oscuras nubes, el sol se asomó

Las flores marchitas estaban
y el árbol desnudo lloraba
pero una persona se acercó
y el bosque entero renació
Las flores con fuerzas brillaron
y las hojas y los frutos del árbol crecieron
Debajo del roble esta persona se sentó
y el vuelo de las aves dibujó
La forma de las flores también retrató
al igual que unas torres que en el horizonte observó
Luego de un rato, de allí se marchó
a seguir pintando lienzos, se retiró
El árbol frondoso se quedó
y entre las oscuras nubes, el sol se asomó

VI

Silencio y quietud en el bosque había
Un hombre por allí caminaba
y de muchas cosas meditaba
Finas ropas de seda vestía
y una peluca el pelo le cubría
Bajo la sombra del árbol se sentó
y allí descansó y pensó...
Así estaba, cuando un fruto en la cabeza le cayó
y entonces la razón lo iluminó.
Muchas nuevas ideas experimentó
y para contar sus ideas, de allí se alejó.

VII

El cielo cubierto de nubes negras estaba,
una gran tormenta se aproximaba
Varias explosiones se oyeron en el horizonte
y el bosque entero se estremeció
Un tanque de guerra se acercó
y a los frutos del árbol caídos en el suelo, aplastó
Un ejercito de soldados se aproximaba
y con sus armas a muchos enemigos mataban
Algunos aviones que volaban,
muchas bombas lanzaban
y al bosque aniquilaban
La guerra por un tiempo continuó
hasta que ya ningún enemigo quedó
y a pesar de la destrucción que quedó
el árbol de frutos sobrevivió

VIII

En el bosque destruido, una extraña calma había
y el árbol desamparado se sentía
Desde extremos opuestos dos bestias se acercaban
enormes y temibles eran y al bosque entero atemorizaban
desde donde el sol se levantaba una venía
desde donde el sol se ocultaba la otra llegaba
Enfrente al árbol se detuvieron 
y desde lejos a ladrarse comenzaron
Ninguno de los dos al otro atacaba
pero con los gruñidos se amenazaban
Con cada ladrido el árbol se tambaleó
hasta que sin hojas se quedó
Luego de un rato, una de las bestias vencida se retiró
y la otra, del árbol y sus frutos se adueñó.

IX

Un niño por el bosque caminaba
y el cielo nublado contemplaba
A lo lejos, en el horizonte, un gran y hermoso árbol notó
Una muchedumbre a su alrededor había y allí se dirigió
Un hombre de traje y corbata los frutos vendía
y la gente feliz los compraba y luego los comía
El árbol frondoso estaba
y los frutos con fuerza brillaban
pero el niño que algo andaba mal sospechó
y la venta del hombre rechazó
Entonces del suelo un fruto caído levantó
y con detenimiento lo examinó
Así fue como notó que detrás de su cascara
el fruto en su interior podrido estaba
Más allá de su bonita apariencia, gusanos emergían
y un desagradable olor se desprendía
Luego, atentamente las gruesas raíces del árbol observó
y que estas también estaban podridas notó 
El niño entendió que el hombre a la gente engañaba
les hacia creer que para ser felices los frutos comer necesitaban
Entonces a todos la verdad comenzó a contarles 
mientras el fruto y las raíces podridas del árbol les mostraba
pero nadie lo oía, nadie atención le prestaba
De allí el niño frustrado se alejo, 
pero en rendirse no pensó
a otros la verdad les revelaría
a muchas mentes en su vida despertaría

X

La madrugada agonizaba
y un aire renovado en el bosque se respiraba
Un anciano por allí caminaba
y el cielo despejado contemplaba
Ni armadura, ni hábito, ni vestido de seda, ni peluca lucía
ni uniforme de guerra, ni traje y corbata  vestía
El anciano completamente desnudo estaba
y a paso lento caminaba
Hacia una colina se dirigía
y en su mano un fruto llevaba
Más brillante y hermoso que nunca este se veía
y podrido en su interior ya no estaba
ningún gusano de su interior emergía
ni ningún desagradable olor se desprendía
Al llegar a la colina, el anciano se emocionó
y allí donde antes había existido el árbol se sentó
Durante un largo rato al brillante fruto observó
y sobre el tiempo y la vida reflexionó
Finalmente de varios bocados el fruto se comió
y luego sobre el pasto se acostó
y allí su muerte esperó
En todas las personas que habían estado allí pensó
y con melancolía sonrió
y entonces finalmente su último respiro dio
Un nuevo sol en el horizonte nació
y con el tiempo un nuevo árbol allí creció.





Te encontraré...


¿Donde estas, Divina Inspiración
que aún no me has venido a buscar?
¿A donde te has ido?
Añoro verte llegar tan majestuosa...
Desplega tus alas y llevame a volar contigo
¡Cuantas cosas maravillosas me revelas!
¡Ay, si el mundo lo entendiera!
¿Y donde están todos los grandes sabios?
¿A donde han ido todos los que iluminaste?
¿Acaso se han ido a encontrar contigo?
¿Acaso partieron a tu mundo?
¿Donde están, grandes sabios?
¿Por qué aún escucho sus voces,
si ya no están aquí?
¿Y qué hay de ti, Universo?
¿A donde vas con esa calma apresurada?
¿Eres el todo? ¿O acaso la nada?
¿Hacia donde te dirigirás?
En algún momento del tiempo,
tu también morirás, Universo...
¿Y qué será de ti cuando mueras?
¿A donde partirá tu espíritu?
¿En qué te transformaras?
Yo viajaré volando a través de ti, Universo
La Divina Inspiración me guiará
Y las estrellas y los planetas nos saludaran
al vernos pasar

Conoceré todos tus secretos
y en algún lugar
encontraré a todos los grandes sabios
que se han ido de este mundo.
Porque en algún momento del tiempo
te voy a encontrar a ti, Verdad
Te voy a alcanzar
A ti, que al igual que tantos hombres,
te he buscado en tantas partes.
En cada mirada, en cada horizonte, 
en cada camino, en cada lágrima,
en cada sonrisa, en cada palabra...
Te buscaré sin detenerme.
Y si lo que me queda de vida
no es suficiente para encontrárte,
entonces será mi espíritu
el que continuará buscandote...

La Divina Inspiración siempre me guiará.